1.-Ejercer de maestros.-
Es un error
pretender ser padre y maestro a la vez. Provoca situaciones conflictivas
prácticamente a diario. Los niños se vuelven dependientes, se relajan y acaban
necesitando a alguien constantemente. El papel de los padres ha de ser de
auditores: han de controlar que el trabajo esté hecho, que la letra sea
correcta, las reglas de presentación, que no se dejen cosas sin hacer, pero no
entrar en el contenido. Su papel es acompañar el aprendizaje de los hijos, pero
hay competencias cuya enseñanza atañe a la escuela y si los padres tratan de
hacerlo, interfieren en el aprendizaje.
2.-Querer Einsteins.-
El afán de
sobreestimular a los niños desde bebés se traduce en un abuso de los juegos
didácticos y en un montón de actividades extraescolares para descubrir y
potenciar su talento. Esa sobreestimulación suele tener efectos
contraproducentes. Esta aspiración dificulta que algunos padres asuman la
capacidad real de sus hijos o acepten sus limitaciones, lo que provoca una baja
autoestima.
3.-Focalizar todo en los estudios.-
Si bien lo
académico es la actividad que más tiempo les ocupa y la mayor responsabilidad
de los chavales, son también esenciales otras muchas facetas de desarrollo,
como los deportes, las actividades culturales, el ocio, los amigos o la
afectividad.
4.-Premiar las notas.-
Es un gran error
porque el niño no debería necesitar premios externos. Su mejor estímulo debería
ser descubrir cosas nuevas. Las buenas notas se han de elogiar, aplaudir e
incluso celebrar, pero nunca comprar, porque si no triunfa, su sensación de
fracaso es mayor porque se ha quedado sin regalo. En lugar de abroncar por las
notas, el papel de los padres debe ser enseñar a tolerar la frustación y el
fracaso y ayudar a que tome conciencia de la causa y adopte posibles soluciones
para el futuro.
5.-Disfrazar la falta de esfuerzo de trastorno.-
Buscar siempre
trastornos neurológicos detrás de los fracasos escolares no funciona. Hay
muchos niños que son incapaces de esforzarse porque son vagos y eso es
inmadurez. La prueba es que esos chavales que no son capaces de esforzarse con
las tareas escolares también son incapaces de ordenar su habitación, de
prepararse el bocadillo,... El error de los padres es no darse cuenta de que
detrás de la falta de esfuerzo y motivación lo que existe es una inversión de
prácticamente todo su tiempo en ocio, especialmente en ocio tecnológico.
También es una equivocación poner un profesor particular a estos chavales
porque continuarán con la actitud inmadura y dependiente de que se lo solventen
otros.
6.-Impaciencia.-
Una actitud
frecuente y perniciosa es querer ir demasiado deprisa en lo que se refiere al
aprendizaje. Tratar de que hablen lenguas extranjeras cuanto antes es una
obsesión. En los países mejor situados en los ranking educativos los niños
aprenden a leer y escribir a los siete años. Los niños lo que necesitan es
paciencia y ánimo para continuar trabajando.
7.-No respetar la línea de la escuela.-
Algunos padres
ponen tareas de refuerzo en casa, sin tener en cuenta que quizá estan
interfiriendo en el ritmo o el método pedagógico que sigue la escuela. Los
padres deben trabajar en paralelo pero con respeto al proceso que siguen en la
escuela para educar en la misma dirección y no dar al niño mensajes diferentes.
8.-Proyectarse en los hijos.-
Otro error es
pensar que el modelo que les sirvió a ellos vaya a a servir a sus hijos. La
escuela ha cambiado mucho y los niños también. Muchos chavales son orientados a
estudiar lo que quieren o les gusta a sus padres.
9.-Cuestionar a los profesores.-
Los profesores han
reducido su capacidad para imponer la necesaria disciplina de los alumnos en el
aula y no ayuda que tengan a los padres enfrente o en contra, pues el alumno,
aprovechándose de esa situación, consigue manipular y poner en contra a unos y
otros cuando el objetivo que persiguen es exactamente el mismo.
10.-Hacer de Sherlock Holmes.-
Hay padres que
rastrean los deberes, los trabajos, las fechas de los exámenes, a través de
otros niños, y eso provoca mucha desconfianza y no resuelve nada. Sí que hay
que revisar con el niño la agenda y, si no se lo apunta, hablar con el tutor
que es el jefe (en términos laborales) del chaval. Es mejor un acompañamiento
lejano, dejando que sea autónomo.
11.-Solventarles los problemas.-
Han de aprender a
organizarse y solucionar sus problemas desde pequeños. Los educadores también
rechazan la conducta permisiva de algunos padres que justifican los fracasos o
errores de los hijos ante el maestro o la escuela alegando siempre una causa
exterior o bien cuestionando la tarea del propio profesor.
12.-Vincular las tareas a castigos.-
“Castigado a hacer
los deberes”. El objetivo debe ser educar a los niños en el placer de la
lectura o del estudio y no convertir esas actividades en un castigo. Y tampoco
interesa que consideren los deberes un peaje necesario para ver la televisión,
jugar a la consola o salir con los amigos.